desagrupados
- 1 taza de azúcar
- 2 ½ tazas de leche descremada
- 3 cucharadas de Fécula De Maíz Maizena®
- 5 huevos
- 190 gramos de queso crema
- 1 cucharada de extracto de vainilla natural
desagrupados
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Antes de empezar: escoge un molde o refractario redondo que quepa dentro de una olla con agua. Procura que sobre suficiente espacio entre el molde y la orilla de la olla para que puedas meter y sacar el molde sin quemarte con la olla (que estará caliente). Coloca agua para cubrir ¾ partes de la altura del molde y pon a hervir el agua sola. Esto servirá para la cocción a baño maría.
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Ahora sí, empezamos. En una sartén de teflón, coloca 1/4 de la taza de azúcar con una cucharadita de agua y calienta a fuego alto. Con mucho cuidado y con una pala de madera, mueve constantemente mientras se forma un caramelo claro.
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Cuando el azúcar se haya derretido por completo, vierte con cuidado en un refractario de vidrio y déjalo reposar mientras preparas la mezcla del flan napolitano.
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Toma media taza de la leche y ahí disuelve la Fécula De Maíz Maizena®.
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Calienta el resto de la leche (sin que hierva) y luego integra la Fécula De Maíz Maizena® disuelta. Deja unos minutos a fuego medio hasta que veas que la leche comienza a espesar.
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Cuando tenga consistencia ligeramente espesa, retira del fuego y deja que se enfríe completamente a temperatura ambiente.
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Cuando la mezcla anterior esté completamente fría, licúala junto con el resto del azúcar, los huevos, el queso crema y el extracto de vainilla natural.
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Vierte la mezcla anterior sobre el caramelo en el refractario y tapa perfectamente bien con papel aluminio.
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Coloca el molde dentro de la olla con agua caliente para que se cueza a baño maría. Tapa la olla y deja que el flan se cocine durante 60 ó 70 minutos.
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Pasado el tiempo de cocción, retira la olla del fuego y deja que se enfríe por completo antes de retirar el molde de la olla. Deja que el flan repose dentro del molde durante al menos dos horas o, por lo menos, hasta que el molde se haya enfriado por completo (esto es importante para que el flan no se deshaga y para que no te quemes al desmoldarlo).
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Una vez frío el molde (y el flan), voltea el flan sobre un plato grande y plano y retira el molde. Puedes refrigerar antes de servir o disfrutarlo a temperatura ambiente. ¡Listo!